como el sabio descubre la ciencia,
acariciaba con mis labios
tus henchidos pezones
cual neonato descubre la vida,
ávido de tu aliento,
ansioso por disfrutar
del placer que me das cual alimento,
deseoso de encontrar en ti
el placer de la placenta,
cálido cobijo
a la espera del nacer en ti